El Notorio debilitamiento de la capacidad
de convocatoria de los partidos políticos.
Con posterioridad a la guerra civil de 1948, los partidos
políticos costarricenses se constituyeron en referentes importantes para las
opciones y decisiones electorales de la ciudadanía, pero sin llegar a
convertirse en motores ideológicos masivos, al menos no con la misma intensidad
que otros países latinoamericanos. En las últimas elecciones nacionales, la
sustitución del bipartidismo por un sistema de partidos inestable (Salom,2006),
se dio junto con la “tendencia al desalineamiento político de la ciudadanía
costarricense y la fragilidad del sistema de partidos emergente”. (XIII Estado
de la Nación 2006)
https://doi.org/10.31672/57.12
El
abstencionismo electoral
Luego
de dos periodos electorales (1953 y 1958), en los cuales el abstencionismo
alcanzó en Costa Rica casi a un tercio del electorado, en los nueve lapsos
comprendidos entre 1962 y 1994 tuvo un promedio de un 19%. En 1998 subió fuertemente,
al alcanzar a un 31,9 del electorado masculino y a un 28,1 del femenino.
Este
fenómeno es un síntoma de desinterés o enajenación con respecto a lo político y
a un factor agravante en la exclusión social. Según un estudio que aparece en
el X Estado de la Nación, al ser el mayor abstencionismo en las personas con
nivel socioeconómico y sobre todo educativo más bajo, se puede agregar
exclusión política a su exclusión económica y social.
La
reducción en el apoyo a las instituciones del sistema político.
En
la ENSCR-04, un 64,7% manifestó “poca o ninguna confianza” en la Asamblea
Legislativa. En una encuesta IDESPO-UNA
(2007), un 56% calificaba como “mala o muy mala” la labor de los parlamentarios
Es
importante acotar que la baja confianza en los partidos y en las instituciones públicas
no coincide con una desvalorización de los costarricenses en cuanto a la
democracia en sí misma.
El
desvanecimiento del estado como referente de ciudadanía.
Como
muchos otros, el país se ha visto afectado por la presión ideológica neoliberal
en cuanto a presentar “el Estado” como una estructura ineficiente, la cual más
bien obstaculiza su crecimiento económico. Por el mismo camino, se ha
convertido en un lugar común un error conceptual que otros tiempos hubiera
merecido una muy mala nota en un examen de educación cívica: se habla de
“reducir el tamaño del Estado” y esto no sé puede hacer, pues el estado es la
nación jurídicamente organizada. Lo que sí se puede ampliar o reducir es el
volumen de la institucionalidad pública o “aparato estatal”.
La
violencia social misma, y en particular la corrección, contribuye a este efecto
al lesionar la gobernabilidad democrática y recargar las funciones del Estado.
Notablemente,
toda la “criticadera” no propositiva, la poca confianza o el desinterés por las
entidades e individuos en que para la mayoría se encarga lo político, no es
inspirada tanto por hechos de corrupción comprobados si no por ciertas
representaciones sociales muy difundidas y pobladas de imágenes de
ineficiencia, lentitud o desacierto atribuidas a estas entidades o personas.
El
debilitamiento del sentido de esencial de la política, como hacer
inacabable mente orientado hacia la edificación de una sociedad más justa y que
por lo mismo compete a todos y a todas, bloquea la vocación de los ciudadanos
en cuanto asumir una injerencia responsable en las decisiones sociales y en la
implementación de las garantias indispensables para tal efecto. Este deterioro de
la ciudadanía al unirse a la exacerbación del nunca desmentido individualismo
costarricense, acelera el síndrome de la casa ajena. Síndrome de
dos caras: una resumida con intenciones burlonas o de crítica social en la
frase “que me importa a mi”; otra que consiste en la predisposición a
soluciones egoístas e incluso antisociales.
VIOLENCIA EN LAS INTERACCIONES MASIVAS.
La violencia en el sistema vial
Los accidentes de tránsito constituyen un problema serio
de salud pública que se ha ido incrementando en el transcurso de los años.
Aunque menos de una quinta parte de ellos produce heridos y la proporción de
muertes ha sido en muchos años menor al 1% la tasa de heridos graves se ha ido
incrementando y la tasa de heridos por vehículo tiende a mantenerse
relativamente estable. Todo ello involucra lesiones temporales o de por vida,
así como costos crecientes en la atención en salud.
Si se toman en cuenta los principales “factores humanos”
de accidentalidad vial registrados en el país -exceso de velocidad “falso
adelantamiento”, imprudencia e irrespeto de señales todas ellas representan
decisiones voluntarias y conscientes, en que resalta el débil sentido de
responsabilidad de los conductores hacia los demás y hacia si mismos. Resulta
preocupante, en consecuencia, la poca importancia conferida a la valoración
médico-psicológica a la hora de otorgar o renovar las licencias de conducir.
Los factores del entorno físico-social tienen desde luego
una enorme relevancia. Persistentes deficiencias de infraestructura tales como
la ausencia de aceras transitables y de semáforos o puentes peatonales en
muchos lugares. Se trata de retos importantes a la responsabilidad del gobierno
central y las municipalidades.
La desprotección de los peatones se ha acentuado, lo cual
contribuye a reproducir la desigualdad social, pues afecta a una mayoría que
carece de recursos para adquirir vehículos motorizados.
Los intercambios de actividad en la circulación vial
están mostrando cambios significativos en Costa Rica, se observa una
multiplicación de incidentes de frustración-agresión. Por ejemplo, la lentitud
por momentos extrema de la circulación o la percepción de la conducta de otros
conductores como obstáculo o perturbación (frustraciones) promueven variados
comportamientos agresivos: violación deliberada de las normas del transito o
bien actos de esta clase orientados hacia otros (empleo de expresiones
ofensivas, uso imperativo de bocinas, etc.). En todo esto influyen, también los
rasgos de personalidad de los conductores imprudentes o agresivos.
El claro predominio de la accidentabilidad en la franja
horaria 18-24 horas parece indicar la incidencia en ella de la fatiga de los conductores,
aunque también este es el momento en que se ingieren más bebidas alcohólicas.
La actuación de los policías de tránsito requiere una programación cuidadosa, en que el control de las infracciones se equilibre armoniosamente con la regulación preventiva del tránsito.
El sistema vial es un riesgo colectivo, su agudización no
puede explicarse ni mucho menos ser atendida como expresión de violencia, sin
considerar como se va transformando la “cultura vial”.
La agresividad y el irrespeto no pueden ser erradicados
mediante discursos condenatorios o invocaciones éticas. Es esencial hacer
frente en todos los espacios solidarios de interacción social, a las pautas
culturales y valores que convierten tanto la posesión como el uso de
automóviles en un símbolo de poder de estatus y en un instrumento para el
dominio de otros.
(Sánchez 2008), cuando expresa que “el problema social
del transporte es un aspecto al que el Estado, las ciencias sociales e incluso
las organizaciones comunitarias y los movimientos sociales están en deuda”.
Violencia asociada a deporte (barras).
En Costa Rica, los nombres que adoptan las barras son
significativos, pues connotan preferentemente adhesión y potencia.
Las relaciones entre barras rivales, en especial la ultra
Morada y la doce Manuda, son violentas, pero de una manera particular. El
antropólogo costarricense Onésimo Rodríguez realizo un estudio etnográfico en
que describe el intercambio entre ellas, tanto de agresiones predominantemente
verbales (cánticos y consignas de intimidación y ridiculización) como
simbólicas.
El comportamiento del publico en los estadios suelen ser
pacífico. Las agresiones verbales como de costumbre los árbitros, los jugadores
y ocasionalmente los entrenadores son los destinarios preferidos, se escriben
en un código circunstancial, permitido por pautas culturales que aceptan esa
conducta en un escenario singular y transitorio.
Violencia en conciertos juveniles.
Los comportamientos colectivos violentos que pueden darse
en las multitudes juveniles que se congregan para asistir a conciertos.
El impacto psicosocial y cultural de la “música juvenil”
sobre los propios jóvenes, en combinación con los nuevos modos de comunicación
tejidos en torno suyo.
En el primer aspecto, salvo algunos hechos de menor
importancia, los cuales corresponden mas a estilo de baile o de comunicación
entre pares y son percibidos como “violentos” sobre todo desde la perspectiva
de los adultos, esta clase de violencia no es frecuente en Costa Rica.
En cuanto al segundo aspecto, las comunicaciones
establecidas entre los jóvenes acerca de los que le parece relevante discutir
sobre “su” música las cuales en la
actualidad circulan en innumerables blogs- constituyen un importante material
de análisis.
Violencia en comunidades de base local.
Los principales problemas que agobian a estas comunidades
etiquetadas como violentas son:
Su estigmatización como focos peligrosos y malignos. Esto
es en particular preocupante porque el desarrollo de referentes simbólicos negativos
hacia estas comunidades, en el escenario urbano, termina por confundir y
dificultar ciertas estrategias preventivas de carácter urgente y que muy bien
podrían apoyarse en la participación proactiva de estos sujetos colectivos.
La actuación de pandillas formadas en su contexto poblacional.
La información disponible muestra que unas pocas comunidades urbanas excluidas
concentran el mayor número y a las más grandes.
Este problema se liga con otro mas grave y que en cierto
modo es su causa directa: la penetración efectuada en las comunidades por redes
delincuenciales mas complejas. Todo termina por agravar intensamente el riesgo que
ciertas colectividades presentan para propios y extraños.
El problema suscitado no se relaciona con la
planificación y resultados de cada iniciativa, sino con su coordinación e
impacto general. Considerando que la planificación no coordinada acentúa la
dependencia comunitaria o lleva a prioridades que excluyen a otras, parece
necesario evaluar lo que esta haciendo con finalidad general de fortalecer el
papel de las comunidades en la prevención de la violencia.
Violencia en las organizaciones
El acoso laboral
El acoso laboral refleja siempre una insuficiente
penetración de las reglas del juego democrático en el contexto de las
organizaciones donde este problema se presenta, refleja la pervivencia de
relaciones de poder basadas en la posibilidad de someter moralmente al
trabajador mediante presiones las cuales, a su vez, se sustentan en su
necesidad de conservar el empleo o de mejorar sus condiciones salariales y
oportunidades de promoción, en cuanto a que muchos trabajadores no denuncian
situaciones de acoso por temor a perder
su trabajo. https://socialmedicine.info/index.php/medicinasocial/article/view/592
Afectaciones a la salud de los trabajadores
Accidentes de trabajo:
Los accidentes y enfermedades laborales causadas por las
condiciones de trabajo constituyen manifestaciones de violencia, en el contexto
de las organizaciones de producción, pues son hechos predecibles y evitables
que afectan la salud y la vida de los trabajadores.
La violencia escolar:
Se ha abordado como forma de violencia cuyas
manifestaciones se producen en los establecimientos de enseñanza y en su
entorno inmediato.
A partir del mismo racionamiento, el papel violento que
puede tener el sistema escolar en especial cuando reproduce de maneras
particulares la desigualdad social y transmite valores egoístas y de rivalidad
en la juventud.https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7915494
Un síntoma del grado de agresividad que se presenta en
los estudiantes es el hallazgo de armas de fuego y armas blanca, derivado de la
revisión de “bultos” impuesta en los centros educativos públicos. Tal medida
preventiva se puso en práctica luego de la gran difusión alcanzada en la prensa
por ciertas agresiones armadas entre estudiantes.
Violencia doméstica y problemas asociados.
Se refiere a agresiones ocurridas en el contexto del
hogar, será ampliado para incluir otros problemas que en mayor o menor grado
representan un fracaso o alteración de las funciones socializadoras de la
familia.
Agresiones en la pareja y el hogar:
La mayor parte de las agresiones que se producen en este contexto,
al menos aquellas expresadas por medios físicos, son en perjuicio del sector
femenino de la población. La justa indignación suscitada por la victimización
de mujeres en agresiones domésticas y femicidios, que por lo general acaecidos
en el marco de las relaciones de pareja o de su ruptura.
https://www.scielosp.org/pdf/rpsp/1999.v5n4-5/245-258/es
El trabajo infantil
La mayor parte de las personas involucradas tenían entre
15 y 17 años, eran de sexo masculino y laboraban predominantemente en zonas
rurales.
Según el investigador costarricenses Guillermo Acuña
(2004).
…las observaciones de campo y la relación cotidiana con
el entorno costarricense permiten destacar la presencia de niños y niñas
migrantes como vendedores articulados a el comercio informal urbano. Se trata
de menores desprotegidos por la ley, expuestos a riesgos como el tránsito
urbano, la violencia y el despojo del que son objeto por parte de los
consumidores y de ciertas autoridades que se valen en su condición para amedrentarlos.
La explotación sexual comercial de menores.
Hace mas de diez años, la psicóloga costarricense María
Cecilia Claramunt manifestaba:
La explotación sexual comercial de niñas, niños y
adolescentes en Costa Rica es un problema social de resiente reconocimiento
publico que ha llegado a convertirse en tema de agenda nacional y fuertes
polémicas en torno a su magnitud y formas de enfrentamiento.
La explotación sexual directa, perpetrada por uno o más
integrantes de la familia, mediante acciones de proxenetismo o rufianería.
La anuencia irresponsable, previa aceptación de pago en
algunos casos.
El deterioro o destrucción de la familia como referente
sano (desintegración, violencia y otras formas de deterioro) crea condiciones
adversas para la formación afectiva y valórica de sus niños y niñas.
La trata y tráfico de personas
Forma parte del engranaje antisocial de la explotación
laboral y sexual de niños, niñas y adolescentes.
De acuerdo con las evidencias existentes, Cota Rica es un
país de origen y de destino para mujeres, niños y niñas convertidas en victimas
de la trata de personas con fines de explotación sexual.
Sin embargo, por la naturaleza misma de esta actividad
antisocial, con frecuencia desarrollada por organizaciones criminales que
funcionan muy herméticamente y también en cierta medida por los problemas de
tipificación legal persistentes en la materia, el problema resulta
insuficientemente conocidos.
Una forma peculiar de tráfico internacional de personas,
el cual podría ser definido como “tráfico a medias”, se presenta rara vez cuando
grupos de personas son engañadas, para viajar al país bajo falsas promesas de
empleo y otras oportunidades.
Referencias Bibliográficas:
Campos. A.(2014).Violencia Social. 1era Edición, EUNED, San José, Costa Rica.
Salom. R.: "Balance y perspectivas de las elecciones del 2006 en Costa Rica". Revista Reflexiones nº.85. Universidad de Costa Rica , San José, Costa Rica.
Garnier, L.(1999). "El Estado en la Costa Rica que viene. Contrapunto nº3. LeonardoGarnier.com.
Sanchez, A.( 2008). "Etnografía del malestar vial en Costa Rica". Ponencia del proyecto.Dimensiones socioculturales del malestar vial en Costa Rica. Jornadas de Investigación-2008.Instituto de investigaciones Sociales. universidad de Costa Rica.
Acuña,G.(2004)."Migración y trabajo infantil y adolescencia: Una aproximación para la construcción de una agenda regional". Potencia presentada en representación de FLACSO/ Costa Rica, con ocasión de panel realizado en el marco del III foro de las ONG de Iberoamérica. Uruguay.
Claramunt,M.(1998). Explotación sexual en Costa Rica: niños,niñas y adolescentes hacia la prostitución.UNICEF,Costa Rica.
Enlaces:
https://doi.org/10.31672/57.12
https://socialmedicine.info/index.php/medicinasocial/article/view/592
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7915494
https://www.scielosp.org/pdf/rpsp/1999.v5n4-5/245-258/es
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